Información de la «tos de las perreras» para mushers

El término “Tos de las perreras” designa a un conjunto de signos clínicos de las vías respiratorias altas del perro, cuyas principales características son la gran capacidad de contagio y tener una gran cantidad de agentes patógenos causales.

Afecta sobre todo a perros jóvenes y, aunque desde el punto de vista médico no suele ser una enfermedad grave, puede ocasionar pérdidas económicas considerables en los criaderos por su persistencia, necesidad de tratamientos y muerte de cachorros

La participación en exposiciones o concursos caninos constituye un factor de riesgo importante. En efecto, en los días siguientes a un encuentro, los perros participantes padecen con frecuencia episodios de tos. Este riesgo es mayor cuando se presentan en una exposición perras con sus crías. En los países industrializados, la generalización de la costumbre de colocar perros en residencias caninas durante el verano tiende a hacer más frecuente la aparición de casos clínicos visibles en esta época del año pero la época más frecuente de aparición en colectivos es en invierno donde se pueden producir más variaciones de temperatura y donde resulta más difícil de controlar los cambios de humedad.

El signo principal son accesos de tos seca, a veces emetizante (que produce vómitos) e inicialmente no productiva (que no se observan mocos u otros fluidos). Este signo principal puede ser persistente durante varias semanas.

Otros signos que pueden aparecer los de hipertermia (fiebre), anorexia, apatía y sonidos pulmonares característicos de una bronquitis e incluso, de una bronconeumonía (de mucha más gravedad).

Esta enfermedad, al igual que los síndromes respiratorios porcino y felino, afecta principalmente a los grupos de animales confinados con alta densidad de población o alta tasa de intercambio de animales (perreras municipales, residencias temporales, animalarios, carreras de perros, etc.).Los cachorros padecen formas graves con mayor frecuencia que los adultos, puesto que la protección pasiva que reciben a través de los anticuerpos maternos sólo dura unas 4 ó 5 semanas, mientras que los adultos poseen

cierto grado de inmunidad activa debido a contactos repetidos con el agente infeccioso natural.

Diversos estudios han mostrado que el principal agente causal de este síndrome respiratorio es una bacteria, la Bordetella bronchiseptica. Hay que tener en cuenta que este cuadro clínico también puede verse favorecido por algunos virus: el virus de la parainfluenza canina (CPiV), el adenovirus canino de tipo 2 (CAV-2) y el virus del moquillo canino (CDV). Todos estos virus anteriores están presentes en la vacunas tetravalentes convencionales de los perros. Además, estos gérmenes pueden asociarse a otros agentes patógenos, entre los que se encuentran bacterias (Pasteurella multocida, Pseudomonas aeruginosa y Mycoplasma sp.) y virus (virus del herpes canino [CHV] y reovirus canino). La Bordetella Bronchiseptica es el único germen patógeno conocido capaz de producir solo los signos clínicos de la enfermedad. Los demás agentes infecciosos incriminados sólo ocasionan trastornos relativamente benignos y de corta duración, excepto el virus del moquillo, responsable de trastornos respiratorios que constituyen uno de los elementos del cuadro clínico de esta enfermedad ( y a veces producen cuadros neurológicos y la muerte).

Por todo ello combatir la enfermedad de la tos de las perreras es muy complicado, pero se puede minimizar su potencial patógeno usando vacunas apropiadas, ya que la fracción bacteriana (la Bordetella Bronchiseptica) es la causante de los síntomas más graves.

Traducido en nuestro mundo del mushing, nos encontramos con perros sin ganas de entrenar durante los días que dura este proceso, con disminución de la ingesta de comida y por tanto nos enfrentamos de entre 10 a 15 días sin entrenamiento y por supuesto nada de competición. A esto hay que añadirle lo rápido que se propaga en colectivos caninos, ya que si un sólo perro del kennel se ve afectado, en pocos días se puede ver afectado el kennel al completo.

Hay que tener en cuenta que muchas veces los perros tienen como único signo la tos emetizante (que provoca vómitos) y eso es muy peligroso en perros en competición. El vómito en un perro en carrera tiene un potencial mortal por neumonía por aspiración (el líquido vomitado se va a los pulmones) y eso hay que evitarlo a toda costa.

A todo ello, hay que sumarle los esfuerzos de la administración del tratamiento adecuado, a base de antiinflamatorios, antitusigenos y antibióticos si la sintomatología lo requiere.

RESUMEN

La enfermedad es altamente contagiosa y sus signos clínicos (la tos sobre todo) es mejor evitarlo en los perros en competición. La normativa de vacunar con vacunas específicas de Tos de las perreras es el mejor método de minimizar o controlar la enfermedad en las concentraciones caninas. Las vacunaciones con vacunas polivalentes no dan una protección eficaz contra esta enfermedad.. Es una normativa ESDRA e IFSS que hay que cumplir.

En el mercado español actualmente existen dos vacunas: inyectable (Eurican Pneumo, de Lab. Merial) e intranasal (Novivac KC de Lab. Intervet-Shering plough).

Ante cualquier duda, hay que consultar con su veterinario.