Cómo prevenir y evitar un golpe de calor en los perros

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El Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona (COVB) recomienda a los propietarios de animales de compañía prestar una atención específica a sus mascotas cuando las temperaturas suben, para conservar su salud y evitar que sufran. Si bien es especialmente importante seguir una serie de consejos durante una ola de calor como la que vivimos estos días, es recomendable aplicar estas pautas durante todo el verano.
En primer lugar, es importante conocer las características del animal. Algunos perros y gatos, por ejemplo, son de razas que no están del todo adaptadas a nuestro clima, como las originarias de los países nórdicos. Otros, como los perros braquicéfalos o chatos (bulldogs, bóxers, carlinos, etc.) pueden presentar problemas respiratorios que se agudizan con el calor.

Prevenir un golpe de calor
Hay que tener en cuenta que las mascotas no sudan, es decir, no pierden calor a través de la evaporación del sudor sobre la piel, como sucede en los humanos. Para producir el mismo efecto, bajar la temperatura corporal, se ven obligados a jadear de forma constante. En gran medida, esta función se produce por el efecto radiador de su lengua y de sus vías respiratorias.

Cuando en un perro la temperatura interior se acerca a la exterior con 38ºC o 39ºC, este respira cada vez más fuerte y alarga y ensancha su lengua para hacerlo de forma más eficaz. Pero cuando su cuerpo supera esa temperatura, por ejemplo, dentro de un coche, la “refrigeración” se vuelve insuficiente y su temperatura corporal puede dispararse. Si se alcanzan los 42ºC o más, pueden bloquearse los sistemas vitales de nuestro animal de compañía, incluso de manera irreversible, lo que se conoce como “golpe de calor”. Por ello, nunca debemos dejar a un perro en un vehículo ni en un sitio cerrado, ni siquiera con las ventanas abiertas, ya que el “efecto horno” también eleva el calor corporal.

Hay otras circunstancias que también pueden ser peligrosas. Así, se debe evitar sacar a los perros a hacer ejercicio en las horas centrales del día. Aunque se muestren animados al principio y parezca que están bien, los síntomas pueden tardar un rato en aparecer. Las situaciones estresantes también son perjudiciales, ya que aumentan el metabolismo y, por lo tanto, el calor corporal.

Estas precauciones deben extremarse en el caso de los “perros chatos” (nariz corta y estrecha). Debido a su anatomía, estos canes tienen una dificultad notable en el paso de aire. Su nariz es corta y estrecha y tienen el paladar largo y, aunque resulta suficiente para respirar en condiciones óptimas, no les permite “refrigerarse” adecuadamente. Por esta razón, se angustian, lo que los lleva a intentar respirar más fuerte, entrando en un círculo vicioso que hay que romper para ponerlo a salvo.

¿Qué hacer ante un golpe de calor?
Si no hemos podido evitar una situación dañina para nuestra mascota, hay que actuar lo antes posible para abordar los síntomas y restablecer la salud y el bienestar del animal.
Los pasos a seguir son: llevarlo a un lugar fresco; calmarlo; mojarlo con agua no muy fría, en especial, las patas, la cabeza y las zonas donde no tiene pelo.

Tras un episodio de este tipo, es importante visitar al veterinario. Aunque las condiciones hayan mejorado, puede haber lesiones en el cerebro y en órganos internos, indetectables o que no se manifiesten hasta al cabo de unas horas.